Finalmente... la confesión.

Desde que abrí este blog me ha costado mucho publicar, ya sea porque me ha faltado inspiración o simplemente porque no tenía tiempo.
Pero hace casi un mes ha ocurrido un hecho el cual me está devolviendo poco a poco las ganas de escribir.
Renuncié a mi práctica forense... varios factores tuvieron que ver en esta decisión, pero el más importante fue que no esperaba que los casos que iba a ver en derecho de familia me afectarían tanto, dado que quienes me conocen saben que soy una persona bastante sensible... y no sólo estuvieron los casos que hasta hoy me tienen psicoseada por así decirlo... también está lo mucho que me apestó la lentitud del sistema público (un incidente relacionado con este aspecto fue el que finalmente gatilló mi renuncia) y también ver cómo algunos usuarios de la CAJ y de los organismos públicos en general se aprovechan descaradamente del sistema...
Amigos... sé que muy pocos de ustedes sabían esto y para los que ahora al leer esto se enteran... bueno, no lo he confesado a medio mundo porque no es agradable y no es fácil de contar que renuncié a mi práctica... no quería tomar dicha decisión, pero sé que es por mi bien y que ahora deberé buscar otro camino... en alguna especialidad que no me cause tanto descalabro emocional... o sea... prohibidos para siempre Penal y Familia.
Estoy pensando en si debería intentar tomarle el gusto a derecho económico... por mucho que haya sido el ramo que atrasó mi egreso de la U y que lo pasé raspando con un 4,0... es algo que prácticamente no involucra emociones y quizás descubra que en realidad soy seca... o también a la parte patrimonial de Civil... o a Comercial... o incluso retomar los estudios independientes del acontecer internacional que antes tanto disfrutaba hacer...
Mientras tomo todas estas decisiones... empiezo a preocuparme de mi tesis y a tener fe en que definitivamente vendrán tiempos mejores.