Sinceridad....

Uffff... cuántas veces he querido gritarles varias verdades a algunos conocidos y no me atrevo...
Hace casi 10 años traté de aclarar una verdad por medio de un concurso literario en mi colegio y quien era en ese entonces mi mejor amiga casi me deja de hablar.
Y hace casi 4 años que por un blog anterior en el cual no decía nada malo sobre cierta persona, sólo la verdad, causó que ella dejara de considerarme su amiga... lo que a la larga en todo caso fue para mejor.
Y ahora... enfrento varias situaciones en las que me molestan las actitudes y acciones de muchas personas... pero que no sé cómo abordarlas... ya sea porque temo arruinar la relación con ellas o no quiero aumentar el drama que significa enfrentarlas...
Ojalá fuera tan fácil decir la verdad de todo lo que nos molesta... pero a veces simplemente no se puede... ¿valdrá la pena decir la verdad de lo que uno piensa arriesgándose a las consecuencias...?

Dudas sobre la apariencia

Desde pequeños nos enseñan que a la gente no hay que juzgarla por su apariencia física. Nos inculcan que una persona poco agraciada físicamente puede tener una gran belleza interior, así como una persona de buen aspecto puede tener escasa calidad humana. Muchas veces en las películas, en la TV y en la literatura las personas bellas tienden a ser caracterizadas como personajes de baja calidad moral, sin escrúpulos y detestables, mientras que a su vez a quienes no tienen una notoria belleza física son caracterizadas como los buenos y serviciales, sobre todo en los roles femeninos.
Pero... ¿qué pasa cuando los papeles se invierten? ¿Qué pasa cuando es el feo(a) es quien tiene conductas reñidas con la moral, y es el bello(a) la buena persona...?
OK... de todo hay en la viña del Señor, como dicen por ahí. Pero es difícil negar que muchas veces, quizás influenciados por lo que nos inculcaron nuestros padres y profesores, tendemos a aplicar dichas enseñanzas... vemos a una persona poco agraciada y no pensamos en cómo es físicamente, queremos concentrarnos en cómo es por dentro... pero muchas veces para quienes físicamente son privilegiados, sufren de prejuicios... "esta mina se cree la raja" mientras que la fea "debe ser (es) súper buena persona" pero insisto... ¿qué pasa cuando los papeles se invierten?

Hablo de esto porque hace poco (y en realidad no sólo hace poco, sino más de una vez) tuve una experiencia así. Le di una oportunidad a alguien que no gozaba precisamente de un físico privilegiado... y resultó ser una persona envidiosa, sin escrúpulos y dispuesta a pasar por encima de sus "rivales" (de preferencia quienes tienen mejor apariencia física) para lograr sus objetivos, todo esto muy probablemente fruto de su inseguridad sobre su apariencia... o sea "no se fijarán en mí físicamente pero sí por las cosas que pueda hacer... y si para ello tengo que cagarme a alguien no importa..."

Ojo: estando consciente de que yo no soy Miss Universo ni tampoco una santa, sí reconozco tener un físico privilegiado, aun cuando me pasa, como a la mayoría de las mujeres, que tiendo a sentirme insegura por unos momentos pero luego se me pasa... y también creo tener una moral bastante sólida... mi conciencia está tranquila la mayor parte del tiempo...

Y bueno, obviamente también conozco a personas físicamente impecables y que son intragables... pero a lo que voy es que por culpa de lo que nos enseñan desde pequeños, muchas veces cometemos errores que nos traen consecuencias graves...

Juzguen ustedes.

¿Cinismo? ¿O una opción legítima...?

Abrí este espacio para hablar principalmente sobre cosas que he descubierto en relaciones humanas...

Hoy el tema irá directo al objetivo de este blog.

Por medio del bendito/maldito Facebook, me he dado cuenta de que ciertas personas, algunas considerados amigos, otros no tanto, a través de sus estados dejan entrever actitudes que simplemente me desquician... por distintas razones, ya sea porque demuestran intolerancia, hipocresía, soberbia, vanidad, etc. También los hay quienes ponen cosas totalmente irrelevantes para el resto de la gente... y también quienes ponen estados realmente patéticos para despertar la compasión o pena de los demás... (si quiero sentir compasión o pena por alguien, entonces vuelvo a hacer la práctica en derecho de familia...) No me interpreten mal, quien no ha puesto una vez a las quinientas que se siente mal, que está pasando por un momento difícil o que está aburrido (a) y me incluyo en esto... pero de ahí a que mas del 50% de los estados en una semana sean para llamar la atención...

¿Estoy siendo muy dura y pesada? Si piensan que sí, después de esto puede que algunos de ustedes me odien más... algunas personas (por mucho que sea el aprecio que les tengo) han llegado a sacarme tanto de mis casillas con sus estados, que he tomado la opción de ocultar del menú de noticias de Facebook sus actualizaciones.

Jajajaja, que gran confesión... :P... alguno de los que lee esto ha hecho lo mismo? Sienten que alguien llega a desquiciarlos de tal modo que deja de interesarles lo que publiquen online, pero por equis razones es alguien a quien no pueden aplicar la opción "eliminar de mis amigos"...?

(Me di cuenta que tengo varios casos así... por eso la necesidad de escribir y confesar esto...)

Importará tanto...???

Importará tanto la edad a la que finalmente me titule...?
Tengo amigos que a mi edad ya son abogados, así como otros que están en la misma que yo. Pero la pregunta es... ¿por qué estoy tan obsesionada con la edad en la que me tengo que titular...?
Vamos analizando... hay personas que a mi edad ni siquiera han egresado de la universidad siendo que ya llevan varios años ahí... al menos yo terminé las asignaturas y no tuve que hacer ninguna por tercera vez...
Tengo que aceptar que este año para mí ha sido difícil en varios aspectos... relaciones fracasadas, una desilución horrible en la práctica forense que me llevó a renunciar y a cuestionarme muchas cosas... y darme cuenta de que aún me falta mucho por descubrir o que quiero ser y hacer en realidad... no debería ser más indulgente conmigo misma tomando en cuenta todo esto?? Me cuesta mucho, pero deberé aprender a hacerlo...recuerdo a mi profesor de ética comentando lo siguiente... "No le daría tanta importancia a la edad en que se obtenga el título de abogado... puede que alguien se demore 10 años en titularse y sea un excelente profesional... y puede que alguien que se tituló en sólo 6 años sea después un abogado mediocre..."
Pero tampoco puedo negar que siempre existirán personas que te juzgarán por tus notas, por el tiempo que demoraste en egresar y/o titularte, por los errores que cometiste y hasta por tu estructura mental... qué saben ellos realmente??? Por qué les importa tanto la vida de los demás??? Preocúpense de SUS vidas, de SUS clientes y/o de SUS patrocinados mejor!!!

Lo más importante DEBO SER YO... y punto.
P.D: No pienso políticamente como ellos... pero destaco el ejemplo de Alvaro Escobar y Jorge Sabag... dos personas que se titularon de abogados en medio de su trabajo parlamentario, teniendo entre 35 y 40 años de edad.

(Yo tengo 25...)

Finalmente... la confesión.

Desde que abrí este blog me ha costado mucho publicar, ya sea porque me ha faltado inspiración o simplemente porque no tenía tiempo.
Pero hace casi un mes ha ocurrido un hecho el cual me está devolviendo poco a poco las ganas de escribir.
Renuncié a mi práctica forense... varios factores tuvieron que ver en esta decisión, pero el más importante fue que no esperaba que los casos que iba a ver en derecho de familia me afectarían tanto, dado que quienes me conocen saben que soy una persona bastante sensible... y no sólo estuvieron los casos que hasta hoy me tienen psicoseada por así decirlo... también está lo mucho que me apestó la lentitud del sistema público (un incidente relacionado con este aspecto fue el que finalmente gatilló mi renuncia) y también ver cómo algunos usuarios de la CAJ y de los organismos públicos en general se aprovechan descaradamente del sistema...
Amigos... sé que muy pocos de ustedes sabían esto y para los que ahora al leer esto se enteran... bueno, no lo he confesado a medio mundo porque no es agradable y no es fácil de contar que renuncié a mi práctica... no quería tomar dicha decisión, pero sé que es por mi bien y que ahora deberé buscar otro camino... en alguna especialidad que no me cause tanto descalabro emocional... o sea... prohibidos para siempre Penal y Familia.
Estoy pensando en si debería intentar tomarle el gusto a derecho económico... por mucho que haya sido el ramo que atrasó mi egreso de la U y que lo pasé raspando con un 4,0... es algo que prácticamente no involucra emociones y quizás descubra que en realidad soy seca... o también a la parte patrimonial de Civil... o a Comercial... o incluso retomar los estudios independientes del acontecer internacional que antes tanto disfrutaba hacer...
Mientras tomo todas estas decisiones... empiezo a preocuparme de mi tesis y a tener fe en que definitivamente vendrán tiempos mejores.